@Rfilighera
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"Hay cosas que no se pueden explicar con palabras", dice Luis Salinas, uno de los mejores guitarristas argentinos de la historia de nuestra música. La declaración tiene sentido, viniendo de un hombre que dedicó su vida a intentar decir con el rasgado de sus dedos sobre las cuerdas de una caja de madera con resonancia. Y vaya que lo logró.

En charla con DiarioShow.com, el artista habla de su nuevo disco "El tren", al que se subió su hijo Juan, de 17 años, para acompañarlo en el camino que le queda por recorrer de ahora en adelante.

"Es un cambio de perspectiva, a nivel energía, y de saber que no sólo es mi carrera, sino la de mi hijo también. Es una emoción muy grande hacer lo que amás sumando a tu hijo. Le agrega compromiso, otra motivación y mirar más hacia adelante todavía", explica Luis sobre la importancia de guitarrear junto a su primogénito.

El joven, por su parte, confiesa que "quizás antes le tenía demasiado respeto, saber que no voy a tocar como mi papá. Por eso empecé tocando percusión. Recién a los 11 me agarró la guitarra, porque nosotros decimos que es el instrumento el que te busca a vos".

En esta placa quíntuple en el cual hay composiciones propias, versiones y dúos de Luis y Juan, el guitarrista comenta que casi obligó a Juan a tocar solo en un tema. Al terminar de grabar, le preguntó qué había sentido, y la respuesta del adolescente fue "sentí mucha libertad pero también que tengo limitaciones".

De esa anécdota, Luis destaca que "siempre hay que trabajar para vencer limitaciones y ser libre, no para ser mejor que nadie porque la música no es una carrera. Es algo para compartir y entregarse a ella. Si uno crece es más libre. Uno es una planta que tiene que crecer. Lo importante no es llegar a ningún lado sino caminar lo mejor que se pueda. Por eso es más fácil y lindo ser uno mismo que otra persona, porque lo importante en la música es decir la verdad, con muchas notas o pocas. No sos mejor o peor por hacer más notas. Nunca me gustó eso de criticar a uno porque toca rápido, siempre y cuando seas completamente sincero en lo que tocás".

En el sentido más filosófico de la identidad musical, Luis reflexiona: "Hay dos maneras de ser músico: tocar porque te gusta o porque necesitás hacerlo. Si tocás por necesidad, no te importa que haya gente. De esa manera hay sacrificio, sino no. Es como querer ver a una mujer o necesitarla. Si necesitás verla te vas a Cañuelas. Cuando lo tenés adentro viene el espíritu de sacrificio. Hay gente que trabaja 8 horas de lo que no le gusta, porque uno no va tocar lo que ama, para desarrollarse. Uno tiene que usar la cabeza para poder cumplir tus sueños, no para anularlos. Por eso se dice que donde termina la razón empieza la música, porque no hay magia en la música cuando controlás todo, queda todo terrenal, no volás con ella. Si no te dejás llevar por la música es porque la estás controlando".